ABIOGÉNESIS?

De acuerdo con la teoría de la abiogénesis, la vida comenzó así:

Hubo un tiempo cuando la atmósfera tuvo ciertas características adecuadas, totalmente diferentes a las actuales.

La tierra, el agua (o el océano), en donde se inició la vida, también tenían la combinación exacta de las sustancias químicas que se necesitaban. Aunque actualmente ya no las tiene.

Todo esto junto con la cantidad exacta de energía proveniente de una fuente aún no determinada, logró formar la cantidad necesaria de aminoácidos, con los que se formaría la vida.

Estos aminoácidos espontáneamente, se combinaron y transformaron en una gran diversidad de proteínas y nucleótidos (compuestos químicos complejos).

Luego, todos estos elementos se organizaron espontáneamente, y formaron las estructuras y órganos que se necesitaban para formar un ser vivo (tipo bacteria).

Y finalmente, gracias a una cuidadosa planeación por parte de la naturaleza (que como en los puntos anteriores, sobrepasa las habilidades mentales de nuestros mejores científicos), estos elementos fueron capaces de desarrollaron un código genético, con todo lo necesario para programar la formación de las miles de estructuras necesarias en sus descendientes.

Fue en ese momento, que el organismo resultante, tuvo la capacidad de sobrevivir, funcionar, reproducirse y engendrar descendientes.

Este último paso, supone que todos los 6 puntos previos se tuvieron que completar dentro del tiempo correspondiente al periodo de vida (de minutos a días), de ese primer ser vivo (tipo bacteria), que como todos los demás microbios, no vive mucho. En otras palabras, tuvo que lograrlo muy rápidamente.

A Carlos Darwin le gustaba mucho soñar despierto, y mucho de lo que imaginaba, lo plasmó en sus cartas y en su libro El Origen De Las Especies. Uno de sus ilusos deseos, quedó registrado así, en una de sus cartas, a un amigo íntimo: “Pero si pudiéramos concebir que en un pequeño y tibio estanque, con amoniaco y todo tipo de sales fosforadas, luz, calor, electricidad, etc., se pudiera formar químicamente, un compuesto proteico capaz de experimentar cambios aún más complejos...” (Charles Darwin in Francis Darwin (ed.). The Life and Letters of Charles Darwin (1887), p.202.

Si Darwin se quedó perplejo al considerar cómo es que espontáneamente se pudo originar una sola especie de planta o animal, mucho más se quedaría ahora, si considerara los millones de especies que actualmente se conocen, y las complejidades de la célula, el ADN, y las biomoléculas que recientemente se han descubierto. Y sin embargo, escribió un libro que de acuerdo al título, se supone que explicaba cómo se resolvió ese problema.

Al respecto, un fervoroso evolucionista hizo la siguiente reflexión: “Dado que al trabajo inicial de Darwin se le llamó El Origen De Las Especies, uno razonablemente supone que en su teoría, habría explicado este aspecto crucial de la evolución, o que cuando menos hubiera hecho un intento, aunque no hubiera logrado resolver todos los aspectos principales que hasta ahora discutimos; pero curiosamente, tal cosa no sucedió.” El profesor de Harvard Ernst Mayer, una de las principales autoridades en el estudio de las especies, agregó: El libro “El origen De Las Especies” realmente no trata sobre eso.” Y su colega, el profesor Simpson, concluyó: “Darwin dejó de resolver el problema indicado por el título de su obra.” Quizás esto le sorprenda; pero a pesar de los esfuerzos de miles de biólogos, el origen de las especies sigue siendo hasta hoy, un misterio, pues aunque el tema ha sido el foco de una especial atención, aún sigue rodeado de un sin fin de controversias (Gordon R. Taylor, El Gran Misterio De La Evolución. (1983), p.140).

Respecto a la posibilidad de que la vida se originara a sí misma a partir de agua y lodo, uno de los más grandes científicos de los últimos 200 años, dijo: “Cuando contemplamos la tierra tan acondicionada para la vida, pero sin vida en sí misma, las matemáticas y la dinámica no nos ayudan para explicar cómo es que se inició la vida en ella; pero lo que sí es seguro, es que no se originó por un fenómeno químico o eléctrico, o por la agrupación molecular de cristales, la influencia de alguna fuerza, o alguna ocurrencia fortuita en la atmósfera. Realmente debemos tomar una pausa y enfrentarnos cara a cara ante el misterio y milagro de la creación de los seres vivos (Lord Kevin, citado en Battle for Creation, p.232).

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