LOS AUSTRALOPITECINOS.
“Australopiteco” (“Mono del sur”), es el nombre dado a una serie de huesos encontrados en África. Tras examinar minuciosamente esos huesos, los antropólogos han declarado solemnemente, que provienen de una antigua raza de prehumanos, que vivieron hace 1 a 4 millones de años. Tales huesos han sido encontrados en varios sitios de África, como son Sterkfontein, Swartkrans, Koobi Fora, Olduvai, Hadar, y el río Orno. Los australopitecinos, como los simios actuales, tenían una gran variedad de representantes; pero todos eran simios.
Uno de los más famosos, fue llamado “Lucy” ya lo mencione en otro post. Algunos expertos creen que estos simios, los australopitecinos, descendieron de otro grupo de simios, los “Ramapitecinos” (Ramapiteco en singular), que se supone existieron hace unos 12 millones de años. “No se conoce ningún ancestro comprobado de algún australopitecino antiguo, ni de ningún Homo (habilis) antiguo.” W. Mehlert, “Los Asutralopitecinos y el (supuesto) Hombre Primitivo,” en Creation Research Society Quarterly, Junio 1980, p.25.
El llamado Homo habilis, no es sino otro simio. En la década de 1960, Louis Leakey encontró algunos dientes y fragmentos de un cráneo, en Olduvai, y los fecho en 1.8 millones de años. Él decidió que pertenecían a la familia humana, por lo que los catalogó como Homo (los humanos son catalogados como Homo sapiens). Pero muchos expertos como Brace y Metress han demostrado claramente que el habilis no fue sino otro australopiteco de mayor cerebro.
El tamaño del cerebro. Los humanos tienen un tamaño cerebral promedio de 1,500 c.c. (centímetros cúbicos). En contraste, el habilis tenía 600 c.c. Otros tamaños cerebrales son: 800 c.c., para el de Hadar; y 900 c.c., para el de Koobi Fora. Casi todos los demás cráneos encontrados, tienen 500 c.c. Los cráneos del Taung y el Sterkfontein, tienen aproximadamente 430 c.c. cada uno, por lo que en la edad adulta, alcanzarían unos 550 a 600 c.c. Por lo que en lo que toca a tamaño cerebral, estos hallazgos no prueban nada.
Un excelente y detallado artículo al respecto, que incluye 13 tablas y gráficas, se encuentra en “Algunas implicación de la variable capacidad craneal, en los especímenes de cráneos mejor conservados de los australopitecinos” por Gerarl Duffert (Creation Research Society Quaterly, Septiembre 1983, pp. 99-104). En el artículo se revela que hubo mediciones fraudulentas de tales antiguos cráneos africanos. Cuando inicialmente fueron medidos, se reportó repetidamente, un alto volumen en centímetros cúbicos, en los cráneos, que posteriormente, otros investigadores, los reportaron con medidas mucho menores.
“En general, los cálculos revisados en los cráneos de australopitecinos, han demostrado reducciones en los volúmenes previamente reportados. El porcentaje de la diferencia es de 157.91 c.c.” op. Cit. P.100.
“La hipótesis de que el crecimiento cerebral era lo que marcaba el comienzo del humano, fue popular por mucho tiempo, pero dejó de estar de moda cuando se descubrió que el volumen endocraneano de los australopitecinos no era mayor que el de los gorilas.” Elwin L. Simons, Evolución de los Primates: Una Introducción del lugar de los humanos en la Naturaleza (1972), p.278.
Hablando de los australopitecinos, J. S. Weigner comentó: “La apariencia simia del australopiteco es tan marcada, que su perfil puede ser superpuesto en el de una hembra chimpancé, con una sorprendente coincidencia, lo que junto con otros aspectos, se presenta en claro contraste con el humano moderno.” J. S. Wagner, La Historia Natural Del Humano.” (1973). En 1957, Ashley Montagu, una prominente antropóloga estadounidense, escribió que estas características extraordinariamente similares a las de los simios, no podían tener relación alguna con los humanos. (A. Montagu. El primer millón de años del humano).
Tras la más cuidadosa investigación, Oxnard y Zuckerman, han llegado a la conclusión de que el Australopiteco es un simio, y no un humano, ni tampoco una transición entre ambos. “El Dr. Charles Oxnard y Sir Solly Zuckerman, fueron líderes en el desarrollo de un poderoso procedimiento de análisis multifactorial. Esta técnica computarizada, lleva a cabo simultáneamente, millones de comparaciones de cientos de dimensiones correlacionables, en los huesos de simios actuales, humanos y australopitecinos.
Su veredicto de que los australopitecinos no son formas intermedias entre los simios y los humanos, contrasta francamente, con las más subjetivas y menos analíticas apreciaciones, por técnicas visuales, de la mayoría de los antropólogos. Esta técnica, sin embargo, no ha sido aplicada al más reciente de los australopitecinos, comúnmente conocido como “Lucy.” Walter T. Brown, En El Principio (1989), p.39.
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