LUCY.
Uno de los australopitecinos más recientemente encontrado, es Lucy. Fue desenterrado por Donald C. Johanson, en Hadar, Etiopía, en 1975. Lo fechó en 3 millones de años B.P. (“Before Present” o sea, en Inglés, antes de la era presente, un equivalente usado por los ateos, para a.C.). En 1979, tanto Johanson como White, aseguraron que Lucy encajaba dentro de la clasificación de los hombres mono (El Australopiteco afarensis); pero aún antes de tan fantástico anuncio, la situación no parecía muy favorable para Lucy, pues en 1976, Johanson dijo que en contraste con los humanos, Lucy tenía una enorme quijada en forma de V. (National Geographic Magazine, 150:590 a 810). En 1981, se declaró que “penosamente, su apariencia era no humana.” (Science 81, 2(2): 35-55). La revista Time reportó en 1977, que Lucy tenía un cráneo minúsculo, una cabeza tipo simio, y una cavidad craneana con una capacidad similar a la de un chimpancé: 450 c.c.; así como que “tenía piernas sorprendentemente cortas” (Time, Noviembre 7, 1979, pp. 68-69).
El Dr. Yves Coppens en su aparición en la BBC-TV en 1982, declaró que el cráneo de Lucy era como el de un simio. En 1983, Jeremy Chefas, dijo que el hueso del tobillo de Lucy (talus), se flexiona hacia atrás, como el del gorila, en vez de hacia adelante, como en los humanos, quienes así lo necesitan para poder caminar erguidos, y concluyó que las diferencias entre Lucy y los seres humanos, son inequívocas. (J. Cherfas, New Scientist, 97:172, 1982).
Stern J.T. Jr y Susman R. L, de la Universidad de Nueva York, examinaron cuidadosamente a Lucy, y declararon que su pulgar era tipo simio, sus ortejos (dedos de los pies) eran largos y curvos, como para trepar árboles, y que vivía como los otros changos.” (Bible Science Newsletter, 1982, p.4).
Algunos científicos han concluido que los huesos de Lucy vienen de dos diferentes individuos, y comentando sobre esto, Peter Andrews, del Museo Británico de Historia Natural, dijo lo siguiente: “Para complicar más el asunto, algunos investigadores creen que el espécimen afarensis (Lucy) es realmente la mezcla de dos especies diferentes. La evidencia más convincente de ello, son las características encontradas en las articulaciones de los codos y las rodillas.” Peter Andrews, “La descendencia Del Humano,” en New Scientist, 102:24 (1984).
Con relación a las articulaciones de las rodillas, Owen Lovejoy, (un anatomista), el bien calificado asociado de Richard Leakey, declaró en una conferencia dada en E.U.A., en 1979, que un análisis multifactorial de las rodillas de Lucy, reveló que era un simio. De tal manera que sea que pertenezcan a una o dos criaturas, ambas son de simios.
La teoría de Johanson sobre Lucy, está basada en una suposición que asocia a dos fósiles encontrados a mil millas (1,609 Km), uno del otro: “Aunque los fósiles de Lucy fueron fechados inicialmente en 3 millones de años, Johanson los ha anunciado como de 3,5 millones de años, debido a que dice que la especie era la misma que la de otro cráneo encontrado por Mary Leakey en Laetoli, Tanzania. Al proponer que el hallazgo de Mary Leakey es del mismo tipo del Australopiteco afarensis, está identificando a Lucy con otro fósil encontrado a mil millas de distancia de Afar (al norte de Etiopía), y con una antigüedad de medio millón de años más. Mary rechazó que los dos fueran iguales y rehusó identificar su espécimen con el afarensis (de Johanson), y dijo que se sentía fuertemente ofendida por la intención de Johanson de “apropiarse” de su hallazgo, su reputación, y su mayor antigüedad, para darle autoridad a Lucy. Fue así que se inició la persistente contienda entre Johanson y los Leakeys.” R. Milner, Encyclopedia of Evolution (1990), p. 285.
A final de cuentas Johanson mismo, concluyó que Lucy no era más que un simio. “Johanson mismo, inicialmente describió sus fósiles como Homo, una especie humana, pero muy pronto cambió de parecer, debido a los hallazgos de su colega, Tim White. Ahora se describen sus huesos como demasiado similares a los de los simios (tanto en la quijada, como en los dientes, y el cráneo), como para ser catalogados como Homo.
Aunque son lo suficientemente diferentes a los de los australopitecinos posteriores, como para asegurar que se trata de una especie diferente.”.
Mehlert lo resume así: “La evidencia hace que sea abrumadoramente aparente, que Lucy no era otra cosa que una variedad de chimpancé pigmeo que caminaba como tal (torpemente en forma bípeda ocasionalmente, pero sobretodo, como cuadrúpedo). La “evidencia” sobre la supuesta transformación del simio en humano, es pues, extremadamente poco convincente.” A.W. Mehlert, news note, Creation Research Society Quarterly, Diciembre 1985, p. 145.
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