CORDALES O MUELAS DEL JUICIO


Las muelas del juicio, como todos sabréis, son los terceros molares, su salida es en la etapa adulta y muchas veces produce dolor, pero porque?

En la web de la Asociación Americana de Cirujanos Orales y Maxilofaciales nos dicen que en general se debe a que no hay suficiente espacio en la boca para salir.

¿Y por qué no hay suficiente espacio en la boca?

Aquí es donde entran en juego las fantasías darwinistas, interpretando la realidad según su paradigma del siglo XIX y haciéndolo ajustar como sea, aún sin evidencias científicas, a su cosmovisión engañosa.

En los casos en los que afecta a la medicina aún es más grave, ya que al buscar falsas explicaciones retrasan el avance de la verdadera ciencia e impiden la búsqueda de verdaderas soluciones, como veremos en este post.

Un análisis de Robert Corruccini, antropologista en ortodoncia de la Southern Illinois University en Carbondale, quien ha revisado 20 años de investigación sobre diferencias interculturales en oclusión, comparando por ejemplo la dieta de los aborígenes australianos en los años 1940 y la dieta de los dientes de los habitantes de la prehistoria con la actual.

Este investigador dice que las enfermedades de las encías y la maloclusión eran sorprendentemente raras en los dientes prehistóricos.

Jerome Rose de la Universidad de Arkansas dice que la dieta basta de los antiguos egipcios (en la que comían mucha fibra) tenía un impacto positivo en el desarrollo de la mandíbula. Los esfuerzos al masticar estimulaban el crecimiento del hueso alveolar, la fina capa de hueso alrededor de las raíces de los dientes, lo que causa que las mandíbulas inferiores de los niños crezcan más robustas y largas, con poca sobremordida o maloclusión. Como resultado, cuando los antiguos egipcios cerraban sus mandíbulas, los incisivos superiores e inferiores (los cuatro dientes frontales) se encontraban filo con filo, con un buen espacio entre los dientes en sus robustas caras. La gente de hoy en día que come dietas más blandas tiene una mordida con "configuración de tijeras", en la cual los incisivos superiores sobresalen sobre los incisivos inferiores, debido a que la mandíbula inferior es más pequeña que la superior.

Hoy en día 9 de cada 10 adolescentes en los EEUU tienen alguna maloclusión (problemas en la manera en que los dientes superiores e inferiores se ajustan entre sí) y la mitad se podría solucionar mediante ortodoncia, según dice Robert Corruccini.

La impactación de los terceros molares, o muelas del juicio, ocurre 10 veces más frecuentemente en las personas que tienen una dieta de la era industrial que en cazadores-recolectores.

Corruccini dice: "Nuestras mandíbulas están infradesarrolladas debido a que los alimentos ablandados, altamente procesados, no proveen la necesaria resistencia a la masticación para estimular el crecimiento normal de la mandíbula durante la infancia".

Conclusión:

Tenemos los siguientes hechos según Science:

En la antigüedad, los seres humanos de la prehistoria, en el neolítico y los antiguos egipcios no tenían problemas con las muelas del juicio.

Los problemas comenzaron a incrementarse dramáticamente a partir del siglo XIX con los cambios en la dieta y sobretodo a partir de la última parte del siglo XX.

Los esfuerzos al masticar estimulan el crecimiento del hueso alveolar, la fina capa de hueso alrededor de las raíces de los dientes, lo que causa que las mandíbulas inferiores de los niños crezcan más robustas y largas, con poca sobremordida o maloclusión.

Además de eso:Es obvio que ni siquiera el darwinista más duro de pelar (Dawkins, por ejemplo) podrá decirnos que los seres humanos han evolucionado desde el neolítico hasta la actualidad, y mucho menos desde la época del antiguo Egipto. Ni el mismísimo Dawkins se atrevería a decir que hemos evolucionado desde entonces.

Por tanto, si no hemos evolucionado desde entonces, y antes la muela del juicio no causaba problemas cuando salía y ahora sí, las muelas del juicio no son órganos vestigiales.

Obviamente, según el darwinismo las muelas del juicio no podrían desaparecer en el futuro en la especie humana. Esto es así porque, según la fábula darwinista, para que las muelas del juicio desapareciesen en un futuro, las mutaciones que produjeran la falta de las mismas deberían otorgar una mayor probabilidad de reproducción a sus portadores. Como hemos visto, en el pasado no tenían estos problemas, y en el presente basta con ir al médico para solucionar el problema.

Tras ver las evidencias aportadas por Science, podemos decir que las muelas del juicio no son un ejemplo de "mal diseño", que se dice por ahí. Más bien lo que podemos decir es que no utilizamos los dientes para lo que han sido diseñados: para masticar y para morder. En lugar de eso comemos alimentos blandos que no necesitan apenas ningún esfuerzo por parte de nuestra dentadura.

La impactación de los terceros molares, o muelas del juicio, ocurre 10 veces más frecuentemente en las personas que tienen una dieta de la era industrial que en cazadores-recolectores.

Robert Corruccini dice: "Nuestras mandíbulas están infradesarrolladas debido a que los alimentos ablandados, altamente procesados, no proveen la necesaria resistencia a la masticación para estimular el crecimiento normal de la mandíbula durante la infancia".

Según dice el artículo de Ann Gibbons en Science, a medida que los investigadores del congreso de Durham revisaban los datos, se fue haciendo más claro que el mayor desafío para nuestros dientes no fue la transición inicial hacia la agricultura, como muchos investigadores pensaban. En realidad fue la Revolución Industrial y posteriormente el cambio que hubo en los años 1980 con la introducción de azúcares refinados en las comidas procesadas, como el sirope de maíz de alto contenido en fructosa en los refrescos (sodas).

"La caries y la maloclusión no son un problema neolítico, sino industrial", dice Kevin Boyd, dentista pediatra en el Children's Memorial Hospital en Chicago.

Para evitar problemas con las muelas del juicio, las maloclusiones y los apiñamientos de dientes, los niños pequeños deben comer alimentos duros para que sus dientes tengan que hacer esfuerzos: 

alimentos con mucha fibra, verduras y frutas crudas (porque al hervirlas se ablandan), cecina (como admite que hace con sus hijos Peter Ungar de la univ de Arkansas) y alimentos bastos en general. Deben evitarse las dietas blandas (purés de patatas y similares y alimentos procesados).

http://creation.com/images/pdfs/tj/j18_1/j18_1_13-14.pdf
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/998760



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