CÓMO ES QUE LA JIRAFA ADQUIRIÓ SU LARGO
CUELLO?
La jirafa solía lucir como los otros
animales que pastan en África; pero a diferencia de los demás animales que se
contentaban con comer el pasto que crecía en las praderas y las hojas de las
ramas inferiores de los árboles, la jirafa sintió que la “la supervivencia de
sus más aptos” dependía de poder estirarse para cortar la hojas de las cada vez
más altas ramas de los árboles. Esto continuó por un tiempo, y todos sus
hermanos y hermanas continuaron estirándose cada vez más. Así fue como sólo los
que alcanzaban las hojas de las ramas superiores, sobrevivieron, mientras que
todas las demás jirafas de la pradera, murieron de hambre.
Al fin, sólo las jirafas con el cuello más
largo, tuvieron el suficiente alimento como para sobrevivir, mientras que todos
sus demás hermanos y hermanas de cuello corto, murieron por falta de alimento
(y todo porque por orgullo, se rehusaron a inclinarse para comer de la suculenta
vegetación con la que todos los demás animales de cuello corto, se alimentan).
¡Qué triste historia! ¿No creen? Pero esa es la historia sobre “cómo es que a
la jirafa se le estiró el cuello.”
Imagínense el panorama: Por todos lados hay
jirafas muertas sobre el césped, mientras que los animales de cuello corto,
como el antílope y la gacela, pasan junto a ellas, teniendo abundancia de pasto
para comer. He aquí una lección para nosotros: Que tu orgullo no te impida
inclinar tu cuello para comer. ¡Ah! Pero dirás; ¡es que para entonces sus
cuellos ya eran demasiado largos como para inclinarse y comer pasto! ¡Claro que
no! Aún actualmente, las jirafas deben inclinarse lo suficiente como para beber
agua, y por lo tanto, las jirafas de Darwin, se murieron por falta de alimento
y no de sed.
Así fue, de acuerdo con los pensadores
pioneros de hace un siglo, que nos dieron las teorías básicas de la evolución,
cómo es que la jirafa adquirió su largo cuello. ¿Qué no me crees? ¡Sigue
leyendo!
“Sabemos que este animal, el más alto de
los mamíferos, que mora en el interior del África, en lugares donde el terreno
es casi siempre árido y sin hierba (¡mentira!), se ve obligado a buscar su
alimento en lo alto de los árboles, y a estirarse continuamente para alcanzarlo.
Este hábito, perpetuado por mucho tiempo, ha ocasionado como resultado, que a
todos los miembros de su especie se les hayan alargado las patas delanteras más
que las traseras, y que se les haya estirado de tal manera el cuello, que sin
pararse sobre sus patas traseras, las jirafas son capaces de elevar su cabeza y
alcanzar árboles hasta de seis metros de altura.” Jean- Baptiste de Monet
(1744-1829), citado en el Asimov’s Book of Science and Nature quotations (El
Libro de Citas sobre Ciencia y Naturaleza de Asimov).
“Así, en la naturaleza de la naciente
jirafa, los individuos que eran los buscadores más altos, capaces de recolectar
alimento aunque fuera unos centímetros por arriba de los demás, fueron
preferentemente preservados… Por este continuo y largo proceso… combinado sin
lugar a dudas y en forma muy importante, con los efectos heredados por el
incrementado uso de esas partes, me parece a mí que casi seguramente, cualquier
cuadrúpedo ordinario con pezuña hendida, se podría haber convertido en jirafa.”
Charles Darwin, Origin of The Species (El Origen de Las Especies), 1859, p.
202.
Reúnase y escuche, que aún no hemos
terminado con las jirafas. Pues aún hay más en este cuento: “Una vez, hace
mucho tiempo, las jirafas continuaron estirándose hasta las ramas más altas
para obtener el alimento necesario para subsistir; pero dado que sólo las
jirafas con los cuellos más altos se consideraron “las más aptas,” entonces
sólo los machos sobrevivieron, dado que ninguna hembra logró ser tan alta como
los machos. Es por eso que “actualmente, no hay jirafas hembras en África.” Fin
del relato. ¿Qué no crees que alguien haya relatado algo así? Pues entonces
tendrás que ingresar a esta Universidad.
“Este asunto (de cómo es que la jirafa
adquirió su largo cuello), surgió en una clase de pre-medicina, en la
Universidad de Toronto. El expositor no escatimó entusiasmo durante su
exposición, y seguramente los estudiantes estaban correspondientemente
impresionados con sus ilustraciones de cómo la jirafa adquirió su largo cuello,
y del poder de la selección natural para lograrlo. Entonces, yo le pregunté al
expositor si había diferencia alguna en la altura de los machos y las hembras,
y él deteniéndose un poco, consciente de las implicaciones que acarreaba la
pregunta, decidió responder: ‘No lo sé; pero voy a averiguarlo.’
Posteriormente, procedió a aclararle a la audiencia, que de haber una
diferencia significativa (en la altura de los machos sobre las hembras), eso
plantearía un problema en el argumento e ilustración presentada, a menos que
los machos se hubieran comportado extraordinariamente caballerosos, permitiendo
que las jirafas hembras ‘también sobrevivieran.’
La verdad es que él nunca dio respuesta a
mi pregunta, la cual a su tiempo, yo encontré por mí mismo. De acuerdo con
Jones, la jirafa hembra es 66 cm menos alta que el macho, dato que es
confirmado por Cannon. Pero en la publicación del Selecciones del Reader’s
Digest, The Living world of Animals (El mundo viviente de los Animales), se
extiende la probable diferencia de alturas, hasta un metro. A pesar de todo,
hace tiempo la revista LIFE, presentó la historia de la jirafa como una
convincente comprobación de la selección natural en acción.” Arthur C.
Custance, “Equal Rights Amendment for Giraffes? (¿Se aplica la Enmienda sobre
Iguales Derechos a las Jirafas?).
En Creation Research Society Quaterly, de
Marzo de 1980, p. 230, donde se incluyen las siguientes referencias: *F. Wood
Jones, Trends of Life (Tendencias en la Vida), 1953, p. 93; *H. Graham Cannon,
Evolution of Living Things (La Evolución De Los Seres Vivos), 1958, p. 139; y
*Reader’s Digest World of Animals (El Mundo de los Animales de Selecciones del
Reader’s Digest), 1970, p. 102.
Suderland compara el relato sobre la
altura, con la información científica: “Algunos neo-Darwinistas especulan sobre
que algunos de los ancestros de la jirafa, gradualmente y a lo largo de
millones de años, adquirieron huesos cada vez más largos en el cuello y en las
patas. Pero si esto fuera cierto, se podría predecir que se encontrarían
fósiles mostrando sus estados intermedios, o quizás que algunas formas
actualmente vivas, tuvieran cuellos de mediano tamaño; pero jamás se han
encontrado tales formas intermedias, ni en los fósiles, ni en los ungulados
(animales con pezuña hendida) que relacionen a la jirafa con alguna otra
criatura. Los evolucionistas no han encontrado explicación sobre cómo es que la
jirafa es el único cuadrúpedo con cuello tan largo, y cómo es que todos los
demás animales en el mundo (sin necesidad de tener un cuello así de largo),
lograron sobrevivir, aún cuando muchos de los animales de cuello corto, habitan
en los mismos parajes que la jirafa. Aún Darwin mencionó en El Origen de las
Especies, que este punto posiblemente era criticable; pero en vez de eliminarlo,
trato de darle vagas explicaciones, o de ignorarlo.
Es más, para los evolucionistas, ha sido
imposible proponer un panorama plausible sobre el origen tanto del largo cuello
de la jirafa, como del origen de su complicado sistema regulatorio de su presión
sanguínea, que es capaz de elevar la presión de la sangre a niveles
extremadamente altos y necesarios para que la sangre llegue adecuadamente hasta
su cerebro; pero que habiéndolo logrado, con el fin de evitar daño cerebral, es
capaz también de reducir rápidamente la presión sanguínea a nivel del cerebro,
en el momento mismo en que la jirafa inclina y desciende su cabeza hasta el
nivel del suelo, para beber agua.
Después de más de un siglo de la más
intensa búsqueda de fósiles, los museos del mundo aún no pueden exhibir una
sola forma intermedia que relacione a la jirafa con otra criatura.” Luther D.
Sunderland, Darwin’s Enigma (El Enigma de Darwin), 1988, pp. 83-84.
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