LOS COMPUESTOS Y LA LEY DE LAS MASAS.

Si alguna forma de vida surgió de la nada, probablemente lo tuvo que haber hecho en un mar primitivo, pues se acepta universalmente, que el agua tuvo que estar presente, como elemento indispensable para la vida. Pero la realidad es que la Ley De Las Masas, neutralizaría el procedimiento y echaría a perder el resultado, en el momento mismo en que se llevara a cabo, ya que las reacciones químicas siempre proceden en la dirección de la mayor a la menor concentración (y sólo suceden, cuando está disponible la cantidad exacta de energía necesaria para completar tal reacción). “Es difícil que la polimerización (enlazamiento progresivo de moléculas pequeñas, para formar moléculas cada vez más grandes), se pudiera llevar a cabo en el ambiente acuoso de un océano primitivo, ya que la presencia del agua circundante, favorece la despolimerización (rompimiento de moléculas grandes en más simples), más que la polimerización.” (Richard E. Dickerson. “Chemical Evolution and the Origin of Life.” Scientific American. September 1978, p.75).

Aunque muchos afirman que los aminoácidos milagrosamente, se formaron a sí mismos a partir del agua de mar, la realidad es que la misma agua de mar necesaria para formar los aminoácidos, evitaría la polimerización y por lo tanto, su transformación en proteínas, lípidos, ácidos nucleicos y polisacáridos. Es más, si alguna proteína se lograra formar, la ley de las masas inmediatamente haría su efecto sobre ella: La proteína, por influencia de la abundante agua a su alrededor, nuevamente se fragmentaría hasta dejar solamente sus aminoácidos originales sueltos, los cuales a su vez, se desintegrarían en sus compuestos químicos originales, con lo que ahí, todo proceso de síntesis, se habría terminado. “La disolución espontánea es mucho más probable y rápida que la síntesis espontánea… (y este hecho) es el problema más persistente con el que nos enfrentamos.” (George Wald, “El origen de la vida” Scientific American, Agosto 1954, pp.49-50). Se concluye pues, que la ley de las masas constituye un obstáculo para la formación de proteínas en el mar, así como para la formación espontánea de otros compuestos necesarios para la vida, como son los lípidos, ácidos nucleicos y polisacáridos. Así, aunque fuera posible que cualquiera de ellos se formara espontáneamente en el agua, estos no durarían el suficiente tiempo como para transformarse, agruparse, organizarse, o hacer cualquier otra cosa.

Esta ley de las masas se aplica a todas las reacciones que son reversibles, y por lo tanto, a las de todos los compuestos orgánicos. Estas reacciones se llevan a cabo a partir de sustancias reactivas en la forma naturalmente esperada; pero tienden a ser rápida y fácilmente reversibles (*Review of R. Shubert-Soldern’s book, Mechanism and Vitalism,” in Discovery, May 1962, p44.).

No solamente unos cuantos, sino cientos de miles de aminoácidos, se tuvieron que haber sintetizado milagrosamente a partir de agua marina libre de toda materia viva; pero aunque tal cosa hubiera sucedido, dichos aminoácidos se hubieran fraccionado y separado inmediatamente, en sus componentes originales, en vez de permanecer el suficiente tiempo, como para que encontraran la forma de organizarse en estructura tan complejas como el ADN y las proteínas. El problema que se habría tenido que resolver, es que tan pronto como se completara la reacción química que formara los aminoácidos, el agua sobrante tendría que haber sido eliminada del ambiente, ya que las reacciones por deshidratación (condenación) son termodinámicamente imposibles en la presencia de agua excesiva (J. Keosian, El Origen de La Vida, p. 74).

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